La seguridad de un reo no exige tormento

El preso de este grabado se dispone diagonalmente en una forzada y precaria posición en la que su rostro no es perceptible puesto que mira hacia el suelo. Los pies atados con un gran grillete están en el ángulo inferior derecho, mientras que en la parte superior izquierda se coloca la cabeza y los brazos atados por detrás del cuerpo. El hombre puede únicamente apoyar en el suelo los talones sobre los que se descarga la totalidad de su peso. Está vestido con harapientos ropajes que dejan al descubierto sus piernas. En el fondo podemos distinguir una ventana tapada con rejas por la que prácticamente no entra la luz.

Goya ha construido un espacio extremadamente oscuro mediante trazos muy próximos que en el suelo se disponen diagonalmente, mientras que en el fondo se ha incidido las líneas horizontalmente. La luz se concentra en las piernas del reo y en el hombro derecho, así como en sus vestiduras, que con su claridad aluden a la inocencia del prisionero.

Este grabado debió ser realizado contemporáneamente a Tan barbara seguridad como el delito y Si es delincuente q.e muera presto y ha de ser relacionado con varias estampas de Los desastres de la guerra en los que Goya plasma escenas de condenados a muerte que manifiestan su clara posición contra este castigo. El título es extremadamente claro en este sentido puesto que el pintor señala que no es necesario someter a los presos a semejantes torturas físicas para evitar que se pudiesen fugar.